Hoy es jueves 26 de Diciembre del año 2024, usualmente en las redes sociales todos los jueves existe esa tendencia de publicar algo que sea como una especie de material de archivo, o tipo recuerdo, o quizás algún material que sirva para refrescar una buena historia, historias hay para contar muchas y esta creo que es una de las buenas. Yo usualmente cuento la mía y la de otros a través de mis ojos y mis pensamientos, de mis letras, pero hoy haré referencia a una historia que es tan mía como quizás tuya, y sin duda alguna, la historia de muchos. Pies al camino, ese fue el título que escogí para nombrar mi primera larga duración, mi primer álbum en solitario, un gran compromiso, y también una gran canción, esta pieza se queda corta en transmitir todo lo que siento como hijo de emigrantes y luego como emigrante en primera persona. Para nadie es un secreto que recientemente la historia del emigrante se ha hecho cada vez más común, en distintos continentes, países, lugares del mundo, siempre por razones similares, en búsqueda de ese algo que está en falta en nuestro lugar de origen, ya sea seguridad, mejor calidad de vida, oportunidades, son tantas las razones que ya se hizo algo común y hoy en día lo vemos como una actividad casi normal, cuando en realidad es toda una aventura ante lo desconocido. Yo me volví un emigrante a mis 37 años de edad, tras estudiar, convertirme en un profesional, encontrar el amor y ser padre, vivir plenamente en un país hermoso pero tristemente sumergido en conflictos sociales comenzó a generar una ansiedad importante en mi vida en donde el pensamiento de intentar conseguir un espacio mejor, sobre todo más tranquilo y menos convulsionado a nivel social parecía ser el camino a seguir, una idea no tan descabellada, y es que emigrar cerca de tus 40, puede fácilmente acercarte al abismo mental de que ya es muy tarde para conseguir cambios en tu vida, o tus objetivos, así estos sean simples. Pero como todo emigrante, la respuesta no iba a llegar a menos que le pusiera "pies al camino", y fue como decidí emprender ese viaje de vida con mi hijo Alan y mi esposa Juliet, lejos de mi zona de confort, de mi país cálido y siempre alegre, hacía un destino nuevo, y que desde muy pequeño resonaba en mi sangre y en mis venas, pues como dice la canción, todos tenemos alma de emigrantes porque o venimos de una familia de emigrantes, o algún amigo se ha ido, o algún familiar, o simplemente tu vecino. En mi caso vengo de una familia de emigrantes Portugueses, que llegaron a Venezuela escapando del hambre y de la guerra, esa historia siempre estuvo latente en mi vida y siempre vi con agrado el como mi familia que tenía un acento diferente al hablar el Español se adaptó de una forma tan natural a un país tan distinto, y es notable agradecer a que ese gran país al que llegaron mis padres apenas siendo unos adolescentes era un país de puertas abiertas para el progreso y la construcción de una sociedad multiracial y diversa que luego con los años definiría el gentilicio del Venezolano moderno.
Cuando escribí "Pies al camino" quería englobar no solo mi experiencia como emigrante en primera persona, si no también todo lo que alguna vez escuché, aprendí, y sentí de mi madre y de mi padre, ambos Portugueses de origen que llegaron a Venezuela sin un centavo y con muchas ganas de construir y trabajar, si, una aventura que resultó bastante bien, cruzar el océano Atlántico en barco hacia lo desconocido cada quien por separado, hacia el Caribe, donde se re encontraron y se volvieron a amar, uniéndose bajo la aventura de vivir un nuevo sueño. Por eso en el coro de esta letra, cuando canto "De frente al sol y al mar, es mejor, es mejor" es porque me imaginaba lo que habrían sentido mis padres en ese barco viendo el sol y el mar y su nuevo destino, escapando del hambre y de la frialdad de tener que pelear una guerra que no era de ellos. El verdadero hogar del emigrante es donde te sientes bien, las fronteras se vuelven invisibles y te das cuenta que tu casa es donde se encuentre tu familia, donde encuentras tu balance, y muchas veces no es o se parece en nada a lo que tenías en mente, ni de donde vienes, el adaptarse termina siendo el recurso más importante de cualquier emigrante, es instintivo, casi como un reflejo animal, el optimismo es la vela del barco y el paisaje siempre dará para sonreír y también para llorar, es solo cuestión de como lo queramos ver día tras día. De mi videoclip "Pies al camino" sale un intro, un intro que luego quedo editado en una versión mas corta, sin embargo, quiero compartirlo con Uds para que puedan conocer un pedacito de la historia de mi familia. Emigrantes somos todos, el que se queda y el que se va, pues nadie es ajeno al dolor de las despedidas, y esa marca nos marca a todos por igual.
Ve el video del intro ( versión extendida ) en mi canal de youtube.
Yorumlar